“La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.”

(ALDO PELLEGRINI)

jueves, 6 de septiembre de 2018

Mi mundo privado: Claudia Masin





Mi mundo privado 

(basado en el film de Gus Van Sant)


Yo ansié tener un cuerpo que practicara,

como un arte, la ignorancia de sí. 

Que cayera rendido con la levedad con que caen 

las hojas de los árboles. Cuando fuera inevitable, 

nunca antes. Pero de tu cuerpo no deseaba 

sino lo que había en él de frágil, de imperfecto: 

la cicatriz que te cruzaba el pómulo, las pequeñas 

arrugas en la frente. La herida

que te asemejaba a mí. Dos ramitas secas 

ante la embestida de la menor brisa, 

se quiebran. El camino es interminable, te decía, 

da vueltas y vueltas alrededor del mundo 

y en alguna de esas vueltas los que estaban 

destinados a perderse, se encuentran. 



Se dice que a la vera 

de cierta ruta que atraviesa el desierto, 

es posible hundir una vara en la tierra reseca 

y en algún momento brotará el petróleo como un géiser. 

Anoche tuve un sueño en el que viajábamos por días

y días para encontrar el yacimiento, a la manera

de los scouts o los cazadores de fortuna 

del oeste. Al llegar era de noche, 

no había una sola estrella, el pozo 

estaba seco. Yo me dormía y te quedabas

al lado mío, cuidando mi sueño. No estabas allí 

a la mañana siguiente. 



En el sueño, alguien decía: 

donde tengas tu tesoro tendrás 

tu corazón. Y yo me preguntaba qué pasaría 

si tu tesoro se perdiera, 

qué pasaría en un juego de cajas chinas 

si al llegar a la última, 

la que debería contener el objeto precioso, 

esa, como todas las otras, 

estuviera vacía.

Claudia Masin


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