La famosa caja de herramientas:
un martillo,
unas tenazas,
una sierra,
un destornillador,
una regla,
un tarro de cola,
clavos y tornillos.
Lo inexpresable existe.
Se llama poesía.
Gracias,
Ludwig
Wittgenstein.
De: La doble rendija
(en preparación)
Daniel Noya
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