Mi alma tiene el peso de la
luz.
Tiene el peso de la
música.
Tiene el peso de la palabra
nunca dicha, a punto, quizá, de ser dicha.
Tiene el peso del
recuerdo.
Tiene el peso de una añoranza.
Tiene el peso de una mirada.
Pero como una ausencia.
Y la lágrima que no se ha
llorado.
Tiene el inmaterial peso de una
soledad en medio de los otros.
Escribir es
usar la palabra como carnada, para pescar lo que no es palabra. Cuando esa
no-palabra, la entrelínea, muerde la carnada, algo se escribió. Una vez que se
pescó la entrelínea, con alivio se puede echar afuera la palabra.
(Clarice Lispector)
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