POEMA VISUAL
(A Clara)
Mira,
grita
Clara alborozada
señalando
con su dedo en dirección al puente.
Y
todas nuestras miradas siguen el milagroso rastro
de su
dedo
descubriendo
la belleza silenciosa de la tierra.
Pero si son libélulas,
dice el padre.
En
efecto,
a la
sombra de un gran árbol
una
bandada de libélulas sobrevuela el puente.
Y
añade el padre:
Qué lección más importante hemos aprendido
hoy,
Clara.
Las libélulas se alimentan de insectos.
Sí,
es una lección muy importante,
añadimos todos a coro como dejando sobre
el paisaje la huella
de un
eco embelesado.
La
visión de las libélulas a través de los ojos de Clara ha abierto
la caja de Pandora de mi infancia.
Es ahí,
en ese
limpio grito donde está la chispa que incendiaba mis primeros versos.
La noche va
cayendo mansamente sobre nuestros cuerpos
y empieza a
notarse el frescor del cercano arroyo.
Al abandonar el
lugar
la
lección de las libélulas se ha quedado revoloteando como un insecto
en
mis ojos y en los ojos de Clara.
De
Algo sucede en su mirada
Daniel
Noya
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