Escribo mi último poema.
Escribo al borde del precipicio
palabras desconocidas que
conservan el perfume
de otras luces más ardientes.
Te encontraré
-ya sé que es locura-
entre las cenizas.
Sí,
te buscaré
entre las negras tinieblas,
entre los desolados páramos de
la nada
y buscaré tus muslos,
tus axilas,
las sombras de tus pezones
y tus huérfanos labios
para decirte
-si es posible allá decir-
que no pudo ser ciego olvido,
sólo silencio
todos los poemas que te escribí
en la otra vida.
Daniel Noya
De Algo sucede en su mirada
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