Mujer y palabra
El hombre canta y miente… Le basta para
ello
un único botón de nácar en todo el
vestido de su amada,
un único defecto en su belleza desnuda…
Pero cuando el peso de ducados del
placer desordenado
arrastra su ojo cabruno hacia los
avaros perfiles del vacío,
que quisiera sin testigos,
sabe cobardemente callar… Callar hasta
el no reconocimiento
de la callada alma… ¿O tal vez enmudece
sólo porque
intuitivamente confía en la única
palabra laboral
que pronunciará otra vez sólo la mujer?
De: Avanzando
Vladimir Holan
No hay comentarios:
Publicar un comentario