Las lamentaciones de Ícaro
Los amantes de
las prostitutas
se sienten
felices, dispuestos y saciados;
en cuanto a
mí, mis brazos están rotos
por haber
abrazado las nubes.
Debido a los
astros sin igual
que brillan en
el fondo del cielo,
mis ojos
agotados no ven
más que
recuerdos de soles.
En vano he
querido del espacio
hallar el fin
y el centro;
bajo no sé qué
ojo de fuego
siento que mis
alas se rompen;
y quemado por
el amor de lo bello,
no tendré el
honor sublime
de dar mi
nombre al abismo
que me servirá
de tumba.
Las flores del mal
Charles Baudelaire
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