En preparación |
(4)
Dame el amor
que
no tengo,
la
claridad
que
no poseo,
el
latido de una dulce lengua,
el
desnudo
de
un charco,
la
canción de un deseo,
un
cuerpo sin estrías,
dame
como a Rimbaud
la Belleza
sobre
mis rodillas
y
la primavera
colándose
en mi habitación
sin
ventanas
y
dame la felicidad
de
un nuevo abecedario.
La
doble rendija
Daniel Noya
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