EXTRAMUROS
No te permitas
envejecer
entre el dormitorio y la cocina,
la biblioteca y el pulquérrimo
cuarto de baño.
Es
tiempo aún
de evitar la sorpresa blanca del
cabello
que cualquier noche – y no es la
luna-
se posará en tu hombro mientras
vienes
y vas por el pasillo, solo. Más
solo con la bandeja de la cena.
No lo permitas
de esa manera triste como un guante
perdido. Hace ya un mes
que entró la primavera y el periódico
anuncia para mañana sol, un mar
en calma y música
y teatro.
Y
además
está la heladería que inaugura
terraza
al aire libre, al otro
lado del muro, ahí, en plena calle.
De: Llama de clausura
Juan Cobos Wilkins
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