HIJOS DE LA ÉPOCA
Somos hijos de nuestra época,
y nuestra época es política.
Todos tus, mis, nuestros, vuestros
problemas diurnos, y los nocturnos,
son problemas políticos.
Quieras o no,
tus genes tienen un pasado político,
tu piel un matiz político
y tus ojos una visión política.
Cuanto dices produce una resonancia,
cuanto callas implica una elocuencia
inevitablemente política.
Incluso al caminar por bosques y praderas
das pasos políticos
en terreno político.
Los poemas apolíticos son también
políticos,
y en lo alto resplandece la luna,
un cuerpo ya no lunar.
Ser o no ser, ésta es la cuestión.
¿Qué cuestión?, adivina corazón:
una cuestión política.
Adquirir significado político
ni siquiera requiere ser humano.
basta ser petróleo,
pienso compuesto o materia reciclada.
O la mesa de debates
de diseño durante meses discutido:
¿redonda?, ¿cuadrada?, ¿qué mesa es
mejor
para deliberar acerca de la vida y de
la muerte?
Mientras, perecía gente,
morían animales,
ardían casas,
y los campos se quedaron yermos
como en épocas remotas
y menos políticas.
De: Hombres en el puente
Wislawa Szymborska
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