La inocencia
es mi máscara
(Sylvia
Plath)
(96)
Déjalo estar.
Es mejor cerrar la puerta al extravío del
recuerdo.
Si sigues
es cuando duele.
Pero te puede
el ahora,
la casa abandonada en su invierno, tus
pisadas
como músculos descarnados en la noche,
el sol saliendo detrás de la montaña,
tu madre mordiendo el hilo de coser
con su boca de dulzura
y la poca vida te pide
volver.
De: Cien fuegos
Daniel Noya
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