Polvo
sin
gratitud
es
la muerte.
Brindamos
por la vida
pero
son sirenas en la oscuridad.
Un
rayo de sol entre las tinieblas.
Barro
sin amasar pisa
fugazmente
la tierra.
En
las islas de nuestro instante
sufrimos
dentelladas, naufragios,
abandonos.
No
hay consuelo en la nieve
ni
en el relámpago.
Todas
las letras no son sino sombras,
la
tristeza de no estar entre tus brazos.
De: La doble rendija
(en preparación)
Daniel Noya
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