Abrázate
a esos deshilachados
instantes que amas y en los que te escondes.
Siente
esos deshojados momentos de otro invierno
contigo mismo.
Oye aquellos relámpagos fugaces en tu jardín
radiante.
Sin metáforas duraderas
reposa entre las páginas brillantes
de la poesía.
Déjate
estar en el tiempo detenido,
apasionado,
sin nombre.
No te hundas en el abrazo inmóvil de la soledad.
Fluye en el espacio de la respiración,
parpadea en la luz,
en la alegría de estar vivo,
en la cercanía de un cuerpo.
Abrázate
a la distancia de una nueva incertidumbre.
Sobrevive a tanta estéril sombra.
Siente
que estás lejos,
mirando como en un mapa el recorrido
sin tiempo
de tu breve felicidad.
De: Bajo el secreto de una luz memorable
Daniel Noya
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