DESTELLOS
Toda la
tarde ciego de escarcha.
Con el
torpe diapasón
de mi
desconcierto.
Escribo
sobre una
efímera belleza alucinada
entre
barrotes.
Me persigue
una voz ya
ronca y soy dueño
de
fragmentos
de los que
se adueñan las sombras.
En mi
escritura no hay tregua.
Una gota de
luz me basta,
un resplandor
de nieve.
De: Bajo
el secreto de una luz memorable
Daniel Noya
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