En esta soledad sin
respuesta
y sin memoria
qué será de mi voz tan
ajena que ya golpea el feroz invierno
ahora
que tu ausencia ciega
mis
ojos.
Y en este desamparo sin
instantes,
sin alas,
sin huella.
Y en este nido huérfano de alegres golondrinas
qué será de mis pasos
vacíos
y qué será de mis minúsculos
sueños
ahora
que tu recuerdo abre
mis ojos.
De: Bajo
el secreto de una luz memorable
Daniel
Noya